miércoles, 14 de febrero de 2018

Cariño, cuanto te odio de Sally Thorne



Lucy Hutton es la asistente de una editora de la vieja escuela, preocupada por la calidad de los títulos que publica. La editora se ve obligada a fusionar su pequeña editorial con una gran editorial comercial, y Lucy tiene que trabajar con Joshua Templeman, el asistente del editor en jefe de la otra editorial, preocupado únicamente por las ventas. Lucy y Joshua se convierten inmediatamente en enemigos, pero del odio al amor ya sabemos que hay sólo un paso…

  
  



Sally Thorne es una autora australiana residente en Camberra que, según la web de su editorial, se dedica a temas financieros, y en su tiempo libre escribe novelas románticas. "Cariño, cuanto te odio" es, por ahora, su único libro editado, alcanzando ya las 38 ediciones y acumulando más de 39.000 valoraciones en Goodreads.

Fotogramas de "Les doy un año" (2.013)
"Cariño, cuanto te odio" está catalogado como chick lit, género literario que suele resultar una buena elección tras lecturas más densas o aburridas. Salvo excepciones, son libros de transición, de lectura fácil, amena y que contienen bastante ironía y sentido del humor. En este caso, el libro viene precedido por muy buenas críticas, algunas entusiastas, en numerosos blogs literarios, y ha sido publicado por una editorial no especializada en el género (Espasa).


Mis expectativas eran por tanto altas, esperaba encontrar un chick lit de relación amor-odio al estilo de aquellas comedias clásicas de los 40 protagonizadas por Katherine Hepburn y Spencer Tracy (mira que soy imaginativa e ingenua). Desafortunadamente la autora se ventila la relación de odio entre sus protagonistas en escasas páginas y al inicio del libro. Es Lucy (el libro está narrado en primera persona), la que nos dice que los dos no se soportan desde que hace meses trabajan juntos.A partir de dejarnos claro que se odian sin motivo aparente, enseguida comienza el coqueteo y la relación romántica.

Por eso "Cariño, cuanto te odio" no es en absoluto chick lit (le falta mucho más sarcasmo e ironía), sino una novela romántica de tantas, llevada con agilidad y con algún que otro dialogo ingenioso, pero que no aporta nada extraordinario ni que no se haya visto antes. 


De hecho, me recuerda bastante a novelas de los 90 escritas por autoras como Susan Elizabeth Phillips y Rachel Gibson. En ellas, chicas corrientitas eran el objeto de deseo de hombres terriblemente atractivos y rudos, argumento aquí repetido, si bien la rudeza se ha sustituido por la altivez de su protagonista, todo un Adonis cuya belleza la autora se encarga de resaltar millones de veces. Incluso cuando faltan pocas páginas para terminarla, y por sí no nos había quedado claro anteriormente, Lucy pronuncia la frase del libro, proclamando que Joshua Templeman es el hombre más atractivo del mundo.



Nunca llegaremos a conocer de verdad a ninguno de sus protagonistas ni a los pocos personajes que los rodean. Lucy se autodefine como bajita (mide 1,52) y muy simpática, aunque no haya nadie que corrobore este rasgo de su personalidad. Por su parte, Joshua es un guapísimo (lo repito, por si hubiera duda alguna) y estirado ejecutivo, que sobrevive a base de batidos energéticos y cuyas principales ocupaciones son ir al gimnasio y correr 6 km diarios, y si bien podrían ser éstas las razonables causas de su amargura vital, al final resulta que hay otros motivos menores para que Joshua sea un cretino con buen corazón.

"Cariño, cuanto te odio" es como un helado de dulce de leche con caramelo. No resistes la tentación de probarlo, aunque después de zamparlo llegará el arrepentimiento, porque sabes que para tu salud, nunca es bueno tomar tanto dulce concentrado

martes, 6 de febrero de 2018

Las montañas azules de Kimberley Freeman

En 1926, Violet Armstrong es contratada como camarera en el Hotel Evergreen, donde celebridades de toda Australia pasan sus vacaciones de invierno, como Flora y su disoluto hermano Sam. Entre Violet y Sam surgirá un romance tan apasionado como prohibido. 
Ochenta y ocho años más tarde, Lauren Beck comienza a trabajar en una cafetería en Las Montañas Azules. Allí conoce a Tomás, un arquitecto danés que supervisa el Proyecto para devolver al hotel a su antiguo esplendor. Conforme su relación se hace más íntima, Lauren descubre una serie de cartas de amor apasionado que se remontan a los años 20, y que aluden a un trágico secreto.




Kimberley Freeman nació en Londres y se mudó con su familia a Australia cuando tenía 3 años, en concreto, a Queensland donde sigue residiendo. Kimberley es una escritora prolífica que ha probado géneros literarios como la literatura infantil o la novela histórica, adoptando en ocasiones el nombre de Kim Wilkins. "Las montañas azules" es su primera novela publicada en castellano, aunque recientemente se ha editado, también por Boveda, otro de sus libros, que lleva por título "Secretos en las paredes".

Fotogramas de "La saga de los Adlon" (2.013)
"Las montañas azules" es una novela a dos tiempos inspirada en libros como "La casa de Riverton" de Kate Morton, si bien con un resultado mucho menos satisfactorio, pues su principal problema es el escaso desarrollo de sus personajes. Así, la historia de amor central entre Violet y Sam no resulta en absoluto convincente, y el enamoramiento descrito no deja de ser infantil, egoísta y caprichoso. 

Es una pena que personajes tan atractivos como la solitaria camarera Lauren, la gobernanta del hotel o Flora, la hermana del protagonista, sean tan desaprovechados, como desaprovechado también está el magnífico escenario de las cataratas de Evergreen Falls.


Desafortunadamente, Kimberley Freeman es otro de esos autores que comienzan un libro por su final, a los que les preocupa más el encaje final de piezas que la historia que está contando. Por eso, "Las Montañas azules" será uno de esos tantísimos libros que, aunque no molestan, no dejarán huella alguna en mi alma lectora.