Verano de 1.914. Clarissa Granville es una joven adinerada perteneciente a la alta sociedad inglesa. Su existencia feliz e inocente se verá truncada por el inicio de la Primera Guerra Mundial y por la oposición de su madre al amor que siente por Tom Cuthbert, el hijo del ama de llaves de la mansión de Deyning, donde Clarissa vive junto a su familia.
Cuando sus hermanos, sus amigos y Tom Cuthbert parten para combatir en la Guerra, Clarissa desconoce que ese será el inicio de una nueva vida para ella y para todos aquéllos a quienes conoce.
La escritora inglesa Judith Kinghorn debutó en el mundo literario con esta novela que evoca con gran tristeza y melancolía el fatal destino de toda una generación de jóvenes cuya ingenuidad y esperanzas de futuro se verán paralizadas debido al inicio de la Gran Guerra. Para ilustrarnos sobre lo que ello supuso, la autora escoge como protagonista de su novela a Clarissa Granville, una chica criada en un ambiente protector y lleno de comodidades, cuyo destino, que ella admite de forma natural, es convertirse en la esposa de alguien de la misma clase a la que ella pertenece.
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Fotograma de "Expiación" (2007) |
Sin embargo, cuando Clarissa se enamora del hijo del ama de llaves de Deyning, se encontrará con la férrea oposición de su madre, empeñada en mantener una clasista forma de vida que, con el inicio de la guerra, corre el peligro de derrumbarse para siempre. "Un verano que nunca volverá" utiliza esta historia de amor como trasfondo para contarnos el cambio de mentalidad de los hombres y mujeres de entonces, que desconocían las terribles consecuencias de un conflicto para el que nadie les había preparado.

"Un verano que nunca volverá" recuerda a otras obras como "Expiación" y sobre todo, por el tono nostálgico y triste que acompaña la novela, a "La viola de Tyneford House" de Natasha Solomons. También, al igual que ésta última, Judith Kinghorn es una estupenda escritora, con una prosa cuidada y preciosista que ahonda en los sentimientos, aunque ciertos altibajos de ritmo, comprensibles siendo una primera novela, hacen que no se trate de una obra redonda.
En definitiva, por lo que cuenta y por cómo lo cuenta, "Un verano que nunca volverá" es una lectura que merece la pena y que provoca la admiración por toda una generación de hombres y mujeres que, dejando atrás el horror y el sufrimiento, lograron construir un futuro sobre las ruinas del pasado.