martes, 2 de octubre de 2018

El pájaro espino de Collen McCullough







En la Australia casi salvaje de los primeros años del SXX, se desarrolla una trama de amor y tragedia que afecta a tres generaciones. Una historia de amor-la que viven Maggie y el sacerdote Ralph de Bricassart-que se convierte en renuncia, dolor y sufrimiento, y que marca el alto precio de la ambición y de las convenciones sociales. 









Collen McCullough (1.937-2.015) fue una renombrada escritora australiana de novelas románticas e históricas. Estudió medicina en la Universidad de Sidney y llegó a trabajar como neuróloga, aunque este trabajo fue pronto relegado debido a la popularidad que alcanzaron sus novelas, algunas de las cuales fueron adaptadas al cine y a la televisión. Aparte de su serie sobre Roma, la más conocida es "El pájaro espino" que dio lugar a una adaptación televisiva en 1.983 que rompió récords de audiencia.

A pesar de la fama que le precede, y de que en su día vi la serie de televisión y guardo un buen recuerdo, con este libro me he llevado una tremenda decepción, decepción que se acrecienta por el hecho de que su primera parte es muy superior al resto de sus páginas. La odisea del matrimonio formado por Paddy y Fee Cleary y su numerosa prole, desde su Nueva Zelanda natal, a la salvaje y hostil Australia de entonces, está maravillosamente narrada, y personajes como la matriarca de la familia, Fee Cleary y su malvada cuñada, Mary Carson, están estupendamente construidos. Mary Carson es, especialmente, una villana antológica, y su pronta desaparición, una oportunidad perdida.

 Sin embargo, cuando la acción se sitúa en las generaciones más jóvenes de la familia, la cosa cambia, pues Maggie Cleary, el padre Ralph y sus descendientes son personajes con los que el lector difícilmente puede identificarse.

Fotograma de la serie "El pájaro espino"

Quien suponga además que "El pájaro espino" es una novela romántica sentirá una gran frustración, no sólo porque la autora se siente manifiestamente incómoda con las escenas íntimas entre Maggie y el sacerdote Ralph de Bricassart, y la pasión brilla por su ausencia, sino porque la historia de amor entre ambos ocupa apenas unas escasas páginas dentro de esta extensa novela.  En realidad, ese amor prohibido es sólo la explicación de la profunda amargura que anida en el corazón de Maggie, amargura que, por circunstancias similares, también se refleja en la propia madre de Maggie, la silenciosa y oscura Fee.

Tampoco los personajes más jóvenes de la novela, Dane y Justine O´Neill, nos dan grandes alegrías, especialmente ésta última, un personaje muy del tiempo en el que se escribió la novela, que acaba resultando demasiado superficial y en el que, sino me equivoco, la personalidad de la propia autora parece estar presente.

En definitiva, la lectura de "El pájaro espino" me ha dejado tan fría, que seguir hablando de ella sería una crueldad innecesaria tanto para quien escribe como para quien se molesta en leerme. 



miércoles, 11 de abril de 2018

Demasiado amor de Cathy Cash Spellman



Contance y Elizabeth Fitzgibbon, hijas de un rico terrateniente irlandés, viven en un ambiente de riqueza y opulencia, rodeadas por el amor de los suyos. La testaruda Con, sin embargo, pronto le da la espalda a su pasado para casarse con un pobre aspirante a poeta llamado Tierney O´Connor, ardiente devoto de la causa irlandesa. Por su parte, la conformista Elizabeth contrae matrimonio con un rico aristócrata frente al que no tardará en rebelarse, abrazando con el paso del tiempo la lucha por la independencia irlandesa y los derechos de la mujer.







Cathy Cash Spellman (http://www.cathycashspellman.com/), es una autora estadounidense, conocida por haber escrito varios best sellers, siendo sus libros más conocidos "Pintado al viento" (sobre la Guerra Civil norteamericana) y "Los heraldos de las sombras", esta última adaptada al cine con el título en castellano de "La bendición". Mujer polifacética, también es considerada una experta en cultura new age, medicinas alternativas y artes marciales.

A pesar de su título y de la aparición de dos jovenzuelas místicas en su portada, "Demasiado amor" no es una novela romántica,  sino una novela histórica a mayor gloría de la rebelión e independencia irlandesa. En este caso, vista desde el punto de vista de una familia privilegiada cuyos componentes toman distintos caminos vitales. La historia, que se extenderá más allá de las 700 páginas, está contada por Elizabeth Fitzgibbon, la hermana inicialmente conformista que a la par que se rebela en su matrimonio, abraza la causa nacionalista.

Fotograma de la miniserie "Rebellion"
Gracias al relato de Elizabeth conoceremos a sus dos hermanos, el despreocupado Desmond y la bella Constance, quien se enamora perdidamente de un pescador pobre con el que huye a Dublin para implicarse en la lucha frente al opresor inglés. En esa ciudad, los hermanos Fitzgibbon conocerán a los protagonistas del alzamiento de Pascua de 1.916 y participarán activamente en él. Además, tendrán tiempo para implicarse en la lucha por los derechos de los trabajadores, y por los derechos de la mujer, en un momento en que el movimiento sufragista comenzaba a ser cada vez más fuerte, liderado por mujeres como la Condesa Markievick. Eran sin duda tiempos interesantes, pues al mismo tiempo la Gran Guerra había estallado, y los irlandeses pretendían aprovechar la debilidad que para los ingleses suponía su participación en la misma.


Reconozco mi desconocimiento sobre la historia de la independencia irlandesa, más allá de meras referencias políticas o periodísticas, y no puedo negar que "Demasiado amor", al estar profusamente documentado, es muy útil como introducción de ese periodo histórico, si bien se echa de menos una cierta mirada crítica, dada la complejidad del tema tratado. Sus protagonistas, partidarios todos de la causa irlandesa, son románticos, nobles, altruistas, y en definitiva, perfectos, aunque algunas de sus acciones resulten muy violentas. Frente a ellos, los ingleses o quienes les apoyan son retratados con cualidades muy negativas. Son egoístas, crueles y malvados.

Por eso, la narración de Cathy Cash Spellman, si bien fluida y amena, al ser tan simplista tiende a convertirse  en vacía, y en ocasiones, algo cargante. Sin embargo, para quien le interese la historia de Irlanda, la lucha por los derechos de los trabajadores y de la mujer, puede resultarles una lectura entretenida e interesante.



miércoles, 14 de febrero de 2018

Cariño, cuanto te odio de Sally Thorne



Lucy Hutton es la asistente de una editora de la vieja escuela, preocupada por la calidad de los títulos que publica. La editora se ve obligada a fusionar su pequeña editorial con una gran editorial comercial, y Lucy tiene que trabajar con Joshua Templeman, el asistente del editor en jefe de la otra editorial, preocupado únicamente por las ventas. Lucy y Joshua se convierten inmediatamente en enemigos, pero del odio al amor ya sabemos que hay sólo un paso…

  
  



Sally Thorne es una autora australiana residente en Camberra que, según la web de su editorial, se dedica a temas financieros, y en su tiempo libre escribe novelas románticas. "Cariño, cuanto te odio" es, por ahora, su único libro editado, alcanzando ya las 38 ediciones y acumulando más de 39.000 valoraciones en Goodreads.

Fotogramas de "Les doy un año" (2.013)
"Cariño, cuanto te odio" está catalogado como chick lit, género literario que suele resultar una buena elección tras lecturas más densas o aburridas. Salvo excepciones, son libros de transición, de lectura fácil, amena y que contienen bastante ironía y sentido del humor. En este caso, el libro viene precedido por muy buenas críticas, algunas entusiastas, en numerosos blogs literarios, y ha sido publicado por una editorial no especializada en el género (Espasa).


Mis expectativas eran por tanto altas, esperaba encontrar un chick lit de relación amor-odio al estilo de aquellas comedias clásicas de los 40 protagonizadas por Katherine Hepburn y Spencer Tracy (mira que soy imaginativa e ingenua). Desafortunadamente la autora se ventila la relación de odio entre sus protagonistas en escasas páginas y al inicio del libro. Es Lucy (el libro está narrado en primera persona), la que nos dice que los dos no se soportan desde que hace meses trabajan juntos.A partir de dejarnos claro que se odian sin motivo aparente, enseguida comienza el coqueteo y la relación romántica.

Por eso "Cariño, cuanto te odio" no es en absoluto chick lit (le falta mucho más sarcasmo e ironía), sino una novela romántica de tantas, llevada con agilidad y con algún que otro dialogo ingenioso, pero que no aporta nada extraordinario ni que no se haya visto antes. 


De hecho, me recuerda bastante a novelas de los 90 escritas por autoras como Susan Elizabeth Phillips y Rachel Gibson. En ellas, chicas corrientitas eran el objeto de deseo de hombres terriblemente atractivos y rudos, argumento aquí repetido, si bien la rudeza se ha sustituido por la altivez de su protagonista, todo un Adonis cuya belleza la autora se encarga de resaltar millones de veces. Incluso cuando faltan pocas páginas para terminarla, y por sí no nos había quedado claro anteriormente, Lucy pronuncia la frase del libro, proclamando que Joshua Templeman es el hombre más atractivo del mundo.



Nunca llegaremos a conocer de verdad a ninguno de sus protagonistas ni a los pocos personajes que los rodean. Lucy se autodefine como bajita (mide 1,52) y muy simpática, aunque no haya nadie que corrobore este rasgo de su personalidad. Por su parte, Joshua es un guapísimo (lo repito, por si hubiera duda alguna) y estirado ejecutivo, que sobrevive a base de batidos energéticos y cuyas principales ocupaciones son ir al gimnasio y correr 6 km diarios, y si bien podrían ser éstas las razonables causas de su amargura vital, al final resulta que hay otros motivos menores para que Joshua sea un cretino con buen corazón.

"Cariño, cuanto te odio" es como un helado de dulce de leche con caramelo. No resistes la tentación de probarlo, aunque después de zamparlo llegará el arrepentimiento, porque sabes que para tu salud, nunca es bueno tomar tanto dulce concentrado

martes, 6 de febrero de 2018

Las montañas azules de Kimberley Freeman

En 1926, Violet Armstrong es contratada como camarera en el Hotel Evergreen, donde celebridades de toda Australia pasan sus vacaciones de invierno, como Flora y su disoluto hermano Sam. Entre Violet y Sam surgirá un romance tan apasionado como prohibido. 
Ochenta y ocho años más tarde, Lauren Beck comienza a trabajar en una cafetería en Las Montañas Azules. Allí conoce a Tomás, un arquitecto danés que supervisa el Proyecto para devolver al hotel a su antiguo esplendor. Conforme su relación se hace más íntima, Lauren descubre una serie de cartas de amor apasionado que se remontan a los años 20, y que aluden a un trágico secreto.




Kimberley Freeman nació en Londres y se mudó con su familia a Australia cuando tenía 3 años, en concreto, a Queensland donde sigue residiendo. Kimberley es una escritora prolífica que ha probado géneros literarios como la literatura infantil o la novela histórica, adoptando en ocasiones el nombre de Kim Wilkins. "Las montañas azules" es su primera novela publicada en castellano, aunque recientemente se ha editado, también por Boveda, otro de sus libros, que lleva por título "Secretos en las paredes".

Fotogramas de "La saga de los Adlon" (2.013)
"Las montañas azules" es una novela a dos tiempos inspirada en libros como "La casa de Riverton" de Kate Morton, si bien con un resultado mucho menos satisfactorio, pues su principal problema es el escaso desarrollo de sus personajes. Así, la historia de amor central entre Violet y Sam no resulta en absoluto convincente, y el enamoramiento descrito no deja de ser infantil, egoísta y caprichoso. 

Es una pena que personajes tan atractivos como la solitaria camarera Lauren, la gobernanta del hotel o Flora, la hermana del protagonista, sean tan desaprovechados, como desaprovechado también está el magnífico escenario de las cataratas de Evergreen Falls.


Desafortunadamente, Kimberley Freeman es otro de esos autores que comienzan un libro por su final, a los que les preocupa más el encaje final de piezas que la historia que está contando. Por eso, "Las Montañas azules" será uno de esos tantísimos libros que, aunque no molestan, no dejarán huella alguna en mi alma lectora.