Beth Lowe recibe un día la inesperada noticia de la muerte de su madre con la que hace años dejó de tener contacto. Junto con la carta que le anuncia esta pérdida, Beth recibe un regalo, "El libro de los veranos", en el que se recopilan los recuerdos y las fotos de los veranos que Beth pasó en Hungría junto a su madre, quien se separó de su padre cuando ella tenía 9 años. Por entonces, Beth siguió en Inglatera con su padre, pasando sólo cortos periodos vacacionales en Hungría, donde su madre había establecido su hogar.
"El libro de los veranos" es, entre otras cosas, una declaración de amor de su autora a Hungría, quien pasaba también sus veranos en ese país. Pero además "El libro de los veranos" es también la historia de una madre y de una hija, la historia de un primer amor y la historia de un desencuentro y, sin embargo, siendo todas esas cosas a la vez, y aún reconociendo la cuidada y detallista prosa de Emylia Hall, he sido incapaz de amar este libro. Es curioso cómo ciertos libros, por mucho que nos esforzemos, nunca podremos llegar a sentirlos, nunca podremos llegar a amarlos.
![]() |
Obra del pintor hungaro József Rippl-Ronai |
Mi relación con "El libro de los veranos" ha sido pues como la de Beth con su madre, compleja y contradictoria, por eso me resulta complicado recomendar esta novela pero también no recomendarla, porque dicen que siempre hay un libro para cada lector, y si bien éste no ha sido el mío, puede ser el de otros. Espero que sea así.