La informacionista de Taylor Stevens

Vanessa Munroe comercia con la información de empresas, jefes de Estado, clientes privados y quien pueda pagar su insólito trabajo. Nacida en el centro de África, Munroe se formó con un traficante de armas, hasta que algo la obligó a huir y empezar una nueva vida sin mirar atrás.  Hasta ahora. De repente, un magnate del petróleo la contrata para encontrar a su hija, que lleva cuatro años desaparecida en África. Aunque no es su línea de trabajo, Munroe no puede resistirse al reto y vuelve al paisaje de su infancia.

La autora de la novela, Taylor Stevens, tiene una biografía verdaderamente curiosa. Nacida en el seno de una secta apocalíptica, fue separada de sus padres a la edad de 12 años. Sólo recibió estudios hasta esa edad, viviendo en tres continentes y una docena de países antes de cumplir los 14 años. Cuando el culto permitió a sus miembros elegir un lugar en el que quedarse, Taylor eligió África, donde conoció a su actual marido, con el que viajó a Europa y logró desvincularse de la secta. De formación autodidacta, pues la autora apenas tuvo acceso a la educación durante su infancia, Taylor Stevens inauguró con esta novela una saga protagonizada por la nómada Vanessa Munroe, logrando que  haya sido considerada para adaptarse a la gran pantalla.

En "La informacionista", nos encontramos con una novela de aventuras y acción, con indudables méritos pero también grandes fallos. Comenzando por lo positivo,  es fácil quedar atrapado por el carácter fuerte y decidido de su protagonista, una mujer acostumbrada a buscarse la vida y salir adelante sin más ayuda que su propia voluntad, pero que al mismo tiempo esconde graves carencias emocionales. No es complicado llegar a la conclusión que la autora ha puesto mucho de si misma en la creación de este personaje, pues su protagonista se ha criado en África y sus padres son misioneros.

Fotograma de "Momentum" (2.015)

También, como aspecto positivo, es de destacar el conocimiento del que la autora hace gala respecto de la política de algunos países centroafricanos, en este caso, la descripción que la autora hace de Guinea Ecuatorial es verdaderamente estimable, pues logra transmitirnos la sensación de corrupción y amenaza constante que parece ser muy común en el país.

En mi caso, sin embargo, los aspectos negativos superan a los positivos, pues, a excepción de Vanessa, no he logrado sentirme identificada con ningún otro personaje de la historia. Por otro lado, he apreciado muchos altibajos de ritmo, llegando en ocasiones, a plantearme el abandono de la lectura. Quede dicho también, que este tipo de género no es mi favorito, y que he leído otras críticas que, al contrario que la mía, alababan su sentido del ritmo y su intriga.  Así que vosotros debéis decidir si sois personas de acción o, como yo, simples espectadores de emociones que, desafortunadamente, creo que en esta novela, brillan por su ausencia.