Lucy Hutton es
la asistente de una editora de la vieja escuela, preocupada por la calidad de
los títulos que publica. La editora se ve obligada a fusionar su pequeña
editorial con una gran editorial comercial, y Lucy tiene que trabajar con
Joshua Templeman, el asistente del editor en jefe de la otra editorial,
preocupado únicamente por las ventas. Lucy y Joshua se convierten
inmediatamente en enemigos, pero del odio al amor ya sabemos que hay sólo un
paso…
Sally Thorne es
una autora australiana residente en Camberra que, según la web de su editorial,
se dedica a temas financieros, y en su tiempo libre escribe novelas románticas.
"Cariño, cuanto te odio" es, por ahora, su único libro editado,
alcanzando ya las 38 ediciones y acumulando más de 39.000 valoraciones en
Goodreads.
Fotogramas de "Les doy un año" (2.013) |
"Cariño, cuanto te odio" está catalogado como
chick lit, género literario que suele resultar una buena elección tras lecturas
más densas o aburridas. Salvo excepciones, son libros de transición, de lectura
fácil, amena y que contienen bastante ironía y sentido del humor. En este caso,
el libro viene precedido por muy buenas críticas, algunas entusiastas, en
numerosos blogs literarios, y ha sido publicado por una editorial no
especializada en el género (Espasa).
Mis expectativas eran por tanto altas, esperaba encontrar
un chick lit de relación amor-odio al estilo de aquellas comedias clásicas de los 40 protagonizadas por Katherine Hepburn y Spencer Tracy (mira que soy imaginativa e ingenua).
Desafortunadamente la autora se ventila la relación de odio entre sus
protagonistas en escasas páginas y al inicio del libro. Es Lucy (el libro está
narrado en primera persona), la que nos dice que los dos no se soportan desde
que hace meses trabajan juntos.A partir de dejarnos claro que se odian sin
motivo aparente, enseguida comienza el coqueteo y la relación romántica.
Por eso "Cariño, cuanto te odio" no es en
absoluto chick lit (le falta mucho más sarcasmo e ironía), sino una novela
romántica de tantas, llevada con agilidad y con algún que otro dialogo
ingenioso, pero que no aporta nada extraordinario ni que no se
haya visto antes.
De hecho, me recuerda bastante a novelas de los 90 escritas por autoras como Susan Elizabeth Phillips y Rachel Gibson. En ellas, chicas corrientitas eran el objeto de deseo de hombres terriblemente atractivos y rudos, argumento aquí repetido, si bien la rudeza se ha sustituido por la altivez de su protagonista, todo un Adonis cuya belleza la autora se encarga de resaltar millones de veces. Incluso cuando faltan pocas páginas para terminarla, y por sí no nos había quedado claro anteriormente, Lucy pronuncia la frase del libro, proclamando que Joshua Templeman es el hombre más atractivo del mundo.
Nunca llegaremos a conocer de verdad a ninguno de sus protagonistas ni a los
pocos personajes que los rodean. Lucy se autodefine como bajita (mide
1,52) y muy simpática, aunque no haya nadie que corrobore este rasgo de su
personalidad. Por su parte, Joshua es un guapísimo (lo repito, por si hubiera duda alguna) y estirado ejecutivo, que
sobrevive a base de batidos energéticos y cuyas principales ocupaciones son ir
al gimnasio y correr 6 km
diarios, y si bien podrían ser éstas las razonables causas de su amargura vital, al final resulta que hay otros motivos menores para que Joshua
sea un cretino con buen corazón.
"Cariño, cuanto te
odio" es como un helado de dulce de leche con caramelo. No resistes la tentación de probarlo, aunque después de zamparlo llegará el arrepentimiento, porque sabes que para tu salud, nunca es bueno tomar tanto dulce concentrado
Pues no me acerco ni a mirar siquiera. El chick lit no es lo mío ni aunque sea bueno, vale, si es muy bueno puede servir como dices en determinados momentos en los que uno está saturado de lecturas intensas. Pero es que si encima no funciona ni dentro del género, pues apaga y vámonos. Me veo cabreada ya desde las primeras páginas. Me gusta el casting que has hecho, y sí, te has pasado un poco con las expectativas, jeje.
ResponderEliminarBesos