domingo, 30 de diciembre de 2012

La hipnotizadora de Barbara Ewing

  
  "Cordelia se hizo amiga de la luna, siempre se sentía mucho más contenta cuando la luna brillaba, la luna bajo la cual ella y su madre habían viajado tantas noches de pueblo en pueblo."


 Cordelia Preston y Rillie Spoons,  son dos actrices maduras y fracasadas en un Londres decimonónico y decadente. Sus mejores tiempos hace mucho que pasaron, y ahora se dedican a mendigar pequeños papeles en compañías de teatro de segunda fila, de las que son despedidas un día sí y otro también.






 Cordelia y Rillie deciden, entonces, aprovechando sus dotes artísticas, abrir un negocio de mesmerismo, con el que Cordelia está familiarizada gracias a su difunta tía Hester que lo practicaba con gran éxito. Pronto, Cordelia descubre que tiene verdaderas aptitudes, lo que hace que su fama e ingresos vayan en aumento. Sin embargo, el atormentado pasado de Cordelia, amenaza con destruir todo lo conseguido por estas dos mujeres.

El mesmerismo, antecedente del hipnotismo, fue utilizado con fines terapéuticos por primera vez por el médico alemán Franz Mesmer (1.733-1.815), convirtiéndose su práctica en la Inglaterra del SXIX en tremendamente popular y, al mismo tiempo, polémica, pues era contraria a los métodos usados en la medicina tradicional. Su popularidad fue tal que, incluso, grandes personajes como Charles Dickens se interesaron por esta práctica y la reflejaron en sus obras.

Fotograma de "El Ilusionista" (2.006)
 La brillante Barbara Ewing consigue con facilidad transportarnos al Londrés victoriano, y al misterioso y romántico mundo en el que viven sus protagonistas, gracias a una cuidada ambientación histórica y a una galería de personajes inolvidable, destacando, como es habitual en la autora, los personajes femeninos, que luchan con carácter y determinación contra las convenciones sociales a pesar de su pasado doloroso.

A través del mesmerismo y del mundo del teatro, esta excelente novela parece decirnos que el mundo en que vivimos no es más que un juego de apariencias, en el que los sentimientos y deseos deben ocultarse y en el que lo que más nos asusta, es que los demás puedan conocernos tal y como somos, de ahí que nuestra vida se base, en ocasiones, en una actuación magistral.

 

Web oficial de la autora:  http://www.barbaraewing.com/



domingo, 2 de diciembre de 2012

La viola de Tyneford House de Natasha Solomons



El personaje principal de La Viola de Tyneford House es Elise Landau, joven judía austriaca que, a consecuencia de la llegada de Hitler al poder, debe abandonar la seguridad de su hogar y su querida Viena para comenzar una nueva vida en Inglaterra. Allí le espera una vida muy diferente a la de su acomodado hogar, pues debe trabajar como sirvienta en la mansión de Tyneford House, mientras espera el reencuentro con sus queridos padres, la célebre cantante de ópera Anna y el extravagante escritor Julian.  


La historia de Elise es la de una de las miles de mujeres judías alemanas y austríacas que, tras la llegada de Hitler al poder, huyeron al Reino Unido para trabajar como sirvientes. Se calcula que unos 20.000 alemanes y austríacos, principalmente mujeres, utilizaron los visados de servicios domésticos concedidos por el gobierno inglés a finales de los años 30.



Cuando estas mujeres llegaban a Inglaterra, se encontraban al igual que Elise, con una sociedad en la que la diferencia de clases era mucho más acentuada que en la Europa continental, señores y criados mantenían las distancias y el trabajo en las frías e inmensas mansiones victorianas era tremendamente duro.


En este sentido, la Segunda Guerra Mundial supuso también el definitivo declive de la vieja aristocracia británica y el final de una época, pues las carencias de la guerra, hacían imposible mantener un estilo de vida propio de otros tiempos.





La autora se inspira en este mundo en decadencia y en las experiencias de su propia familia, para contarnos con belleza pero también quizá con demasiada frialdad, el terrible destino de una generación marcada por el sacrificio y el sufrimiento. Es precisamente, la frialdad de la autora, lo que ha impedido que me entusiasme con la novela, pues no ha llegado a emocionarme como debería, aun cuando sus páginas estén llenas de tristeza y melancolía.


En todo caso, lo mejor de "La Viola de Tyneford House" es el retrato de unos seres humanos que deben aprender a comenzar de nuevo, aunque sepan que nunca serán tan felices como lo fueron, ni nunca podrán recuperar lo que perdieron.